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miércoles, 31 de agosto de 2011

Alberto y Ana Belén: una boda en Elche


Ana Belén y Alberto relajados antes de vestirse para la ceremonia. 


La verdad es que no podemos pedir más: puede resultar molesto a quien realmente no lo desee pero recorrer España para hacer fotografías en todo tipo de lugares y con todo tipo de familias y celebraciones enriquece una visión que se acaba plasmando en nuestros trabajos y que va más allá del ámbito profesional. El 20 de agosto se casaron en Elche Ana Belén y Alberto . Llegando la noche anterior presenciamos una visita sorpresa de la tuna y un montón de amigos a casa de la novia que recibió emocionada la serenata. Aunque a los fotógrafos nos tocaba de cerca y dados los nervios anteriores a un día tan importante asistimos a una celebración relajada y animada que pudimos compartir.

Una fotografía de la pareja frente a la imagen de la dama de Elche y Ana Belén en los establos donde realizamos parte de la sesión del día siguiente.
Alberto y Ana Belén se casaron al día siguiente en la iglesia de Santa María de Elche (provincia de Alicante) en una ceremonia de tarde. Después de hacer algunas fotografías por los alrededores celebraron el banquete en los Salones Martino. Fue el día después del enlace cuando se realizó la sesión post-boda que incluimos en el reportaje que escogieron. Para ello, se engalanaron de nuevo con los trajes de la celebración y nos dirigimos a los establos de un amigo de la familia. La fotografías con los caballos no sólo reflejaban la complicidad entre
los novios, tienen una carga estética conferida por la elegancia de estos animales: calmados pero impresionantes, su naturaleza comprende tanto su origen salvaje como su adaptación al medio. Es difícil reprimir la impresión de tener uno de éstos especímenes delante pues su mirada provoca una atracción siempre implícita entre la belleza y un objetivo fotográfico.

Después de dejar los establos nos dirigimos a la playa en pleno atardecer donde tomamos algunas fotografías de la pareja. Precisamente, un escenario como éste no solo aporta una reflexión de la luz que facilita la técnica y que llena de romanticismo el momento sino que al ser un emplazamiento sin ornamentos ni objetos deja al descubierto la manera de relacionarse de los novios asi como los sentimientos que en un día como éste se encuentran a flor de piel. La naturalidad está implícita en las situaciones que se van retratando y propone una visión emotiva que se traslada al reportaje directamente.

Desde la experiencia en eventos como este es inevitable sentirse más cómodo en un ambiente relajado. Es evidente que el detallismo y todo lo preparado para vivir un día memorable pueden crear una preocupación en la pareja y los más cercanos pero no debe olvidarse que la finalidad es celebrar un amor ante los que nos rodean adoptando el compromiso de constituir una pareja ante el otro y ante la sociedad. Aunque la distensión de hacer las fotografías de exteriores un día distinto facilita evitar prisas y algunos tormentos debe decirse que lo más importante es la actitud con la que se asume que una boda perfecta es en la que uno tiene frente a él a la persona que quiere aunque, igual que en el reino de corazones, las rosas plantadas sean blancas y no rojas.

La pareja en la sesión de exteriores realizada el día siguiente de la ceremonia.



martes, 23 de agosto de 2011

La Boda de Edu y Ana: cocina experimental y multi-sensorial.


Edu y Ana al salir de la ceremonia en Tarragona. 


La Boda de Edu y Anna fue celebrada el pasado 25 de Junio. Se casaron en la iglesia de Lestonnac, muy cerca de la bella catedral de Tarragona, rodeados de amigos y familiares. La juventud tanto de los invitados como de la pareja creó un ambiente de celebración con el que se animó la boda hasta altas horas de la madrugada, facilitando fotografías memorables y donde la buena onda que compartían quedaba patente.

La preparación se realizaba frente a los invitados, lo cual provocó expectación incluso antes de la degustación

Después de la ceremonia los invitados seguidos de los novios se trasladaron a Mas Folch, en Constantí (un pequeño pueblo entre Tarragona y Reus). Mas Folch está ubicado en una antigua masia de arquitectura modernista, rodeada de zonas ajardinadas donde se celebró el aperitivo. Tanto el lugar como el menú eran un regalo para los sentidos. Destacaron en el aperitivo estas delicias humeantes que se ven en las fotografías. Cocinadas frente a los comensales por la espectacularidad del proceso: se trataba de patatas crujientes hechas en nitrógeno líquido, un proceso culinario ultra congelante con distintos efectos curiosos. El alimento, en la cocción, entra en contacto con el nitrógeno que en estado líquido adquiere una temperatura de -196ºc por lo que el primer contacto provoca sensación de quemazón para pasar al decreciente frío mientras el nitrógeno se escapa por nariz y boca en forma de humo. Los fotógrafos también quedaron muy sorprendidos por el caracter innovador de esta propuesta que altera los sentidos: gusto, tacto, olfato y vista.


 El entrante estrella que estimuló todos los sentidos.



martes, 16 de agosto de 2011

Boda años 50: glamour, amor y detallismo.


Noemi y Jonathan antes de la boda  en Barcelona.

Los años 50 fueron una época espléndida en los EEUU. La moda y la estética generadas por esos maravillosos años exaltaban la feminidad y elevaban la moda y las perfectas combinaciones tonales a las más altas esferas. Tanto el glamour como la pasión quedaron patentes en la romantiquísima boda de Noemí y Jonathan. Celebraron este día en Mas Soler del Gran Casino de Barcelona y cuidaron hasta el más mínimo detalle para evocar el estilo elegantísimo de esta época dorada. El rojo, combinado con el blanco, estaba presente en muchos de los elementos creando acentos, des de los zapatos hasta el gran Chevrolet Impala en el que llegó la novia y al que se montó la pareja una vez terminada la ceremonia perseguidos del más mítico concierto de latas atadas detrás del carruaje. La potencialidad de esta estética tan bien conseguida ayudó a crear una atmosfera y unas fotografías de película. Los fotógrafos también hicimos un pequeño viaje en el tiempo participando en el acontecimiento. Definitivamente un enlace muy especial.  Felicidades!

Glamour y pasión se transmiten en las fotografías de la boda de esta pareja.



martes, 9 de agosto de 2011

El lugar de la boda: arquitectura y arte de la mano.



Victor y Ana en el hotel, antes de la boda.

Victor y Ana de Arnedo (a unos 100km de Pamplona) celebraron su boda el pasado 23 de julio en La Rioja, en el pueblo de Eleciego. Elciego es una población rodeada de tradición vitivinícola y no muy lejos de Bilbao, donde el hotel Marques de Riscal tiene a uno de sus hermanos arquitectónicos (el Museo Guggenheim).
Precisamente queremos destacar el lugar que esta pareja escogió para celebrar su gran día: este hotel se ubica entre las paredes de un edificio diseñado por el reconocido arquitecto Frank Gehry. Con su estilo distintivo este lugar se erige como una escultura y un espejo a la vez: refleja la luz y el paisaje cediendo todo su espacio interior a la máxima funcionalidad y luminosidad. Siendo la luz y el fondo dos elementos tan importantes para la fotografía no pudimos dejar de maravillarnos por las formas sugerentes y estéticas que quedaron plasmadas en las imágenes y que se adaptaban a la perfección al momento del enlace y a la celebración de esta pareja. La elección del lugar es tan importante como la elección del vestido: envuelve a los protagonistas de un día especial de una manera subjetiva y por eso importantísima, y le da el color y el carácter al ambiente para poder recordar vuestra boda de la mejor manera posible. Gracias por hacernos partícipes!

Victor y Ana frente a la sugerente arquitectura del hotel Marqués de Riscal.