Después de la ceremonia los invitados seguidos de los novios se trasladaron a Mas Folch, en Constantí (un pequeño pueblo entre
Tarragona y
Reus). Mas Folch está ubicado en una antigua masia de
arquitectura modernista, rodeada de zonas ajardinadas donde se celebró el aperitivo. Tanto el lugar como el menú eran un regalo para los sentidos. Destacaron en el aperitivo estas delicias humeantes que se ven en las fotografías. Cocinadas frente a los comensales por la espectacularidad del proceso: se trataba de patatas crujientes hechas en nitrógeno líquido, un proceso culinario ultra congelante con distintos efectos curiosos. El alimento, en la cocción, entra en contacto con el nitrógeno que en estado líquido adquiere una temperatura de -196ºc por lo que el primer contacto provoca sensación de quemazón para pasar al decreciente frío mientras el nitrógeno se escapa por nariz y boca en forma de humo. Los
fotógrafos también quedaron muy sorprendidos por el caracter innovador de esta propuesta que altera los sentidos: gusto, tacto, olfato y
vista.
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